Los investigadores Jaume Fatjó y Paula Calvo, del grupo de etología comparada del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (INAD), adscrito a la Universitat Autónoma de Barcelona, junto a Jon Bowen, del Royal Veterinary College de Londres, han llevado a cabo un estudio sobre el comportamiento canino ante eventos o fenómenos que producen fuertes ruidos, como los episodios tempestuosos o determinadas fiestas.
Tras analizar las respuestas remitidas por los propietarios de unos 300 perros de toda España, los etólogos han podido determinar que tres de cada diez perros son capaces de anticipar su fobia a determinados ruidos estruendosos, como los de los truenos o petardos, y que antes de empezar a oirlos ya muestran signos de temor, como temblores o tendencia a huir del lugar donde están.
Jaume Fatjó ha explicado a Efe que el proceso de anticipación se desarrolla en los perros a través de un proceso de aprendizaje, "como en cualquier ser humano", y lo ha relacionado con el mecanismo del reflejo condicionado que descubrió el ruso Iván Pavlov en un experimento con perros a finales del Siglo XIX.
Pavlov hizo un experimento con perros consistente en que, poco antes de darles comida, hacía sonar una campana, y pudo observar que, con el transcurso del tiempo, los animales ya empezaban a generar saliva con solo oír la campana, antes incluso de ver la comida.
De modo similar, los perros fóbicos a los ruidos detectan "que siempre que se producen unos ruidos que les atemorizan, un rato antes siempre pasa otra cosa que les permite anticiparlo".
Los investigadores no han llegado a determinar la existencia de un indicio principal que sirva a los perros para anticipar los ruidos y consideran que seguramente el animal percibe "un conjunto de indicadores que le permite anticipar la llegada de aquello que quiere evitar".
Así, en el caso de las celebraciones por un éxito deportivo, el perro puede detectar un conjunto de cosas que le hacen predecir los estruendos, "como que está la televisión puesta con un determinado sonido, algunas imágenes que el perro puede llegar a discriminar, la actitud de nerviosismo de la gente o los gritos de las personas", explica Jaume Fatjó "Seguramente hay unos patrones que se repiten una y otra vez, y el perro aprende y relaciona estos patrones con el hecho de que después se lanzarán petardos", ha indicado el etólogo.
El abanico de reacciones entre los perros es muy diverso, y van desde la actitud de encontrar algún refugio dentro de la casa, rascar la puerta para intentar huir de ella o buscar el contacto con el propietario, hasta sufrir temblores intensos y vómitos aquellos canes con más fobia a los ruidos.
En el caso del 70 por ciento de los perros que aparentemente no es capaz de anticipar estos ruidos, las explicaciones pueden ser diversas, como que el propietario no dé tantas "pistas" como para que el perro reaccione antes, que el dueño del perro no lo sepa apreciar o que el animal no tenga fobia a los petardos o a los truenos.
En este sentido, indica Jaume Fatjó, "la anticipación aparece sobre todo en los casos donde probablemente la reacción fóbica o la reacción de miedo es más intensa".
Fatjó dice que hasta el momento no se ha podido detectar si hay razas más o menos sensibles, algo que considera "muy difícil de establecer, porque se necesitaría estudiar poblaciones muy grandes, y dentro de cada raza puede haber diferencias familiares".
El investigador señala al respecto que "el miedo en los animales, igual que en las personas, tiene un factor hereditario, y esto no es fácil de medir cuando estas hablando de una reacción como ésta".
Jaume Fatjó explica que existen varias alternativas para que los dueños puedan mitigar la angustia de los animales, desde procesos de adiestramiento para paliar la fobia, la creación de un "área segura" dentro de la casa o la administración de fármacos ansiolíticos suministrados por los veterinarios. EFE.
Fuente: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=831432
Tras analizar las respuestas remitidas por los propietarios de unos 300 perros de toda España, los etólogos han podido determinar que tres de cada diez perros son capaces de anticipar su fobia a determinados ruidos estruendosos, como los de los truenos o petardos, y que antes de empezar a oirlos ya muestran signos de temor, como temblores o tendencia a huir del lugar donde están.
Jaume Fatjó ha explicado a Efe que el proceso de anticipación se desarrolla en los perros a través de un proceso de aprendizaje, "como en cualquier ser humano", y lo ha relacionado con el mecanismo del reflejo condicionado que descubrió el ruso Iván Pavlov en un experimento con perros a finales del Siglo XIX.
Pavlov hizo un experimento con perros consistente en que, poco antes de darles comida, hacía sonar una campana, y pudo observar que, con el transcurso del tiempo, los animales ya empezaban a generar saliva con solo oír la campana, antes incluso de ver la comida.
De modo similar, los perros fóbicos a los ruidos detectan "que siempre que se producen unos ruidos que les atemorizan, un rato antes siempre pasa otra cosa que les permite anticiparlo".
Los investigadores no han llegado a determinar la existencia de un indicio principal que sirva a los perros para anticipar los ruidos y consideran que seguramente el animal percibe "un conjunto de indicadores que le permite anticipar la llegada de aquello que quiere evitar".
Así, en el caso de las celebraciones por un éxito deportivo, el perro puede detectar un conjunto de cosas que le hacen predecir los estruendos, "como que está la televisión puesta con un determinado sonido, algunas imágenes que el perro puede llegar a discriminar, la actitud de nerviosismo de la gente o los gritos de las personas", explica Jaume Fatjó "Seguramente hay unos patrones que se repiten una y otra vez, y el perro aprende y relaciona estos patrones con el hecho de que después se lanzarán petardos", ha indicado el etólogo.
El abanico de reacciones entre los perros es muy diverso, y van desde la actitud de encontrar algún refugio dentro de la casa, rascar la puerta para intentar huir de ella o buscar el contacto con el propietario, hasta sufrir temblores intensos y vómitos aquellos canes con más fobia a los ruidos.
En el caso del 70 por ciento de los perros que aparentemente no es capaz de anticipar estos ruidos, las explicaciones pueden ser diversas, como que el propietario no dé tantas "pistas" como para que el perro reaccione antes, que el dueño del perro no lo sepa apreciar o que el animal no tenga fobia a los petardos o a los truenos.
En este sentido, indica Jaume Fatjó, "la anticipación aparece sobre todo en los casos donde probablemente la reacción fóbica o la reacción de miedo es más intensa".
Fatjó dice que hasta el momento no se ha podido detectar si hay razas más o menos sensibles, algo que considera "muy difícil de establecer, porque se necesitaría estudiar poblaciones muy grandes, y dentro de cada raza puede haber diferencias familiares".
El investigador señala al respecto que "el miedo en los animales, igual que en las personas, tiene un factor hereditario, y esto no es fácil de medir cuando estas hablando de una reacción como ésta".
Jaume Fatjó explica que existen varias alternativas para que los dueños puedan mitigar la angustia de los animales, desde procesos de adiestramiento para paliar la fobia, la creación de un "área segura" dentro de la casa o la administración de fármacos ansiolíticos suministrados por los veterinarios. EFE.
Fuente: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=831432
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