SAN FERNANDO - Reportaje
El Centro de Protección intenta concienciar a los vecinos de una adopción sensata.
En estos días las adopciones de gatos y sobre todo perros, aumentan, aunque muchos vuelven al centro en periodos vacacionales, como Semana Santa o verano. El abandono sigue a la orden del día.
Ubicado desde junio del año pasado en la carretera de Mejorada, el Centro de Protección cuentan actualmente con 150 animales, 30 gatos y 120 perros, un número que ha aumentado más de un 100% en 17 meses, dado que en sus anteriores instalaciones en San Fernando, tan sólo había 60. “Tenemos más capacidad y eso hace que acojamos más animales”, declara la directora del centro Teresa Lucas.
A lo largo de un año pueden pasar por estas instalaciones, con capacidad para 225 animales, unos 1.200, entre ellos, el año pasado, 61 galgos en unas “condiciones lamentables”, explica Teresa. “Fue una actuación del Seprona (el cuerpo de la Guardia Civil especializado en el medio ambiente), que recogió a centenares de ellos y aquí acabaron 61. En mis ocho años y medio de trabajo fue uno de los momentos más difíciles”. De hecho, hubo que contratar a una persona más para ayudar a los trabajadores porque el volumen de trabajo aumento considerablemente.
Las adopciones
Cada adopción y abandono es una historia diferente. Perros y gatos dejados en la puerta del centro, algunos con nota incluida (“no puedo cuidarlo, vuelvo en tres días”), perros que llegan de la mano de quien dice haberlos encontrado y se sospecha que son sus dueños, atrapados en trampas ilegales de caza… Y entre todos hay quienes tienen suerte y salen del centro en pocos meses y otros que acaban superando el año de estancia.
Aún así el centro nunca ha tenido a un animal más de un año y medio, un tiempo que es razonablemente grande para el estado de los animales. “Hay estudios que afirman que estar mucho tiempo en un centro así provoca una alteración del comportamiento que en muchas ocasiones es irreversible. Acaban con mucho estrés”, explica Teresa.Tampoco se ha superado la capacidad de 225 animales y no se ha tenido que acudir a la desagradable decisión de sacrificar a algún animal.
“Es complicado que la gente adopte gatos, aunque viven más tiempo. También los perros que no son ni grandes ni pequeños, marrones o grises, sin raza, que acaban siendo transparentes para la gente y que nadie los adopta”, explica la directora. Estos son el grupo de animales que más tiempo ocupa los cheniles a pesar de que los trabajadores los colocan a la entrada del centro para que sean más visibles. Los cachorros son los primeros que acaban saliendo por la puerta.
Si la Navidad es un momento en el que la gente decide regalar un animal, la crisis ha provocado también el aumento de los abandonos, sobre todo si el perro o el gato necesita una inversión de su dueño por problemas de salud “como una cirugía que te puede salir por 600 o 1.000 euros”, cuenta Lucas que recomienda que siempre se intente buscar una salida a estos problemas para evitar el abandono.
Con crisis o sin crisis, lo cierto es que junio y julio siguen siendo los meses de más trabajo en el centro y de más inquilinos que cuidar. Por ello, desde los trabajadores siempre intenta hacer un asesoramiento a la persona que viene a adoptar un perro, conocer sus gustos y sus hábitos de vida para ofrecerle el mejor animal.
“Una vez vino un padre que tenía una hija con problemas psicomotrices y quería llevarse un pastor alemán. Le recomendamos un perro más pequeño para que la niña lo pudiera cuidar”, dice la directora del centro. También recomienda no regalar cachorros a las personas mayores y entregar un perro que tenga más de cinco años para que la edad de la persona y el animal vayan acordes.
“Si la gente viene muy indecisa la adopción está condenada al fracaso”. No es la primera vez que un perro sale adoptado por la mañana y es devuelto al día siguiente. “Una familia nos devolvió un perro porque no ladraba. Intentamos hacerle ver que estaba asustado y algo mareado porque nunca había viajado en coche”, pero al final acabó en un bóxer del centro.
Estas situaciones han llevado a Teresa a hablar con los Ayuntamientos a los que da servicio para que las campañas de protección de animales vayan más dirigidas a una adopción responsable. “Lo que no se puede hacer es adoptar un perro y devolverlo a los dos años porque te cambias de casa. Tienes que ser consciente de que un animal es para toda la vida y que si lo traes al centro con 5 o 6 años es muy complicado que alguien lo adopte”, dice Teresa.
La responsabilidad
La directora explica que “la gente no se da cuenta de lo que significa tener un perro”. Adaptar el coche para llevar a un animal, la inversión en su salud… Aunque sus ventajas son innumerables, sobre todo para la gente con depresión.
“Te da compañía, alegrías, están a tu disposición, te obligan a hablar con él y a salir, además de a asearte y arreglarte. Mucha gente viene porque se lo han recomendado psicólogos”. Otra de las cosas que hace que la gente rechace la adopción son los trámites para un perro catalogado como raza peligrosa.
“Hay que pedir la licencia antes de adoptarlo, se renueva cada cinco años y aunque no es una inversión muy grande, la gente acaba llevándose otra raza”, cuenta la directora. Otro de los problemas que sufre el Centro de Protección con este tipo de perros son los robos. “En las anteriores instalaciones nos llegaron a robar 16 en todo el mes de agosto. Afortunadamente aquí el sistema de seguridad es mayor”.
Adoptar en el Centro de Protección Animal cuesta 24 euros, en el que se incluye el microchip y vacunarlos de la rabia. Devolverlos al centro también tiene un gasto. Si se devuelve antes de que se cumpla el mes de la adopción, se considera un problema de adaptación y el centro no cobra nada, sin embargo, hacerlo después de estos 30 días supone 15 euros, porque se considera un rechazo del animal.
“Aunque nosotros siempre les damos la facilidad de poder devolverlo porque no queremos que acaben en la calle”, afirma la directora. Para poder devolver un animal o llevarlo al centro si está abandonado es necesario pertenecer a alguno de los cinco municipios a los que da servicio, sin embargo, no hay la misma restricción para adoptar y pueden acudir personas de otras provincias.
En raras ocasiones las adopciones se han realizado a través de fotografías y los animales enviados a través de mensajería.
“Adoptar en el centro tiene una ventaja económica, es más barato, pero si buscas una determinada raza es mejor ir a una tienda, por que al final te llevas otro que no querías y lo acabas devolviendo. Si te da igual, adoptar un animal aquí es dejar el sitio para otro que lo necesita”, sentencia la directora.
Recogida y derivación de los animales éxoticos
El Centro de Protección Animal recoge todo tipo de animales, desde perros y gatos hasta iguanas, tortugas o animales autóctonos, aunque el tratamiento para todos ellos es diferente.Los perros y gatos se quedan en las instalaciones y los animales autóctonos o protegidos son enviados a la ONG Grefa, encarga de la rehabilitación de la fauna y su hábitat, o a Brinzal, un centro de recuperación de aves nocturnas. Ambas organizaciones pueden ser avisadas por aquellos ciudadanos que divisen alguno de estos animales en lugares no relacionados con su hábitat.
En el caso de los animales exóticos, como tortugas florida, loros o cotorras, el centro los recoge y los traslada a otros lugares en los que se le pueda dar mejor atención. “Cada vez es más frecuente que traigan este tipo de especies”, afirma la directora Teresa Lucas. Los trabajadores han recogido coballas, hámster, conejos, loros, ardillas y sobre todo iguanas.
CENTRO DE PROTECCIÓN ANIMAL
CTRA. M-206 KM.9
(MEJORADA DEL CAMPO)
TELF : 652 34 04 90
Fuente : http://www.globalhenares.com/noticia/62587/SAN-FERNANDO---Reportaje/mascotas-regalo-reyes-responsabilidad-resto-a%C3%B1o.html
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