La adopción canina requiere de un compromiso previo que es conveniente evaluar. La imposibilidad de dar un mínimo de cuidados a las mascotas es una de las causas más comunes de abandono
San Sebastián. «La llegada de una mascota a una familia tiene un valor educativo brutal». Marco Villén, veterinario especializado en etología clínica, no duda del efecto positivo que tiene la llegada de una mascota a un hogar, pero esta decisión requiere de «un compromiso de ocho a quince años de duración», que no hay que tomar a la ligera.
Niños en casa. Los pequeños de la casa son los más beneficiados con la llegada de una mascota, ya que, según Marco, «pueden colaborar en pequeñas acciones en función de su edad, mientras reciben pequeñas lecciones de vida. Desde darles de comer a ayudar en tareas de su limpieza». El mayor roce de convivencia entre niños y perros se puede dar cuando el can vive ya en la casa y llega un niño, «pero por lo general se arregla dando más atención al animal cuando está presente la criatura. Se intenta asociar de forma positiva la presencia del niño». Por ello, considera conveniente pedir el asesoramiento de un veterinario hacia el final del embarazo si en la casa habita algún perro o gato.
En los primeros años de la infancia, «todas las interacciones entre niño y perro deben estar supervisadas por un adulto para evitar accidentes y que se les pueda coger miedo. Para los niños son como peluches, y suelen tirarles del pelo o meterles el dedo en el ojo. El perro puede llegar a gruñir o echar la boca para pedir que le dejen en paz y el niño no lo sabe interpretar. Hay que enseñarles a dar caricias, juguetes o golosinas». Ya con dos o tres años, se pueden inculcar «tareas de mayor responsabilidad y placenteras para ambos, como cepillarles, jugar o darles de comer».
Disponibilidad horaria. Los perros son animales sociales y necesitan del contacto con personas y otros perros. «Si por motivos laborales o de otra índole el perro puede estar sólo durante periodos de más de diez horas, es mejor optar por otro tipo de mascota». El periodo máximo que pueden estar solos depende de otros factores. «No es lo mismo si están con otros perros, si el ambiente está enriquecido con juguetes o están encerrados en el baño». En cuanto a los paseos, se recomienda que salgan a la calle tres veces al día. Aunque depende de la raza y del tamaño, «dos de estos paseos deberían acercarse a la media hora y el más largo a una hora». En Girona existe una ordenanza municipal que obliga a un paseo diario de veinte minutos. «En este ámbito Cataluña, es la comunidad más avanzada. Entre otras medidas, no se pueden exponer animales en escaparates para evitar compras compulsivas que lleven al abandono. Y en países como Suiza, hay que pasar un curso obligatoria de formación para tener un perro».
En un piso. A diferencia de lo que se piensa no es indispensable tener mucho espacio en casa para tener un perro. «Hay muchos clientes con pastores alemanes o de razas más grandes que viven en apartamentos. El espacio en casa no es tan importante si se puede suplir con el contacto social fuera de ella». Desde que es cachorro, es mejor que el perro tenga su sitio. «Una manta, un transportín abierto, una caseta... un txoko donde se sienta seguro y donde no reciba ningún mensaje negativo, donde poder descansar o morder su juguete». Para evitar todo tipo de problemas es preferible que no duerma en la misma habitación de los amos.
Al aire libre. «Si el perro va a ser utilizado como guarda y va a estar sólo y atado durante muchas horas, va a acabar mal. Pueden llegar a desarrollar patologías graves que derivan en agresividad, territorialidad, etc.». Una de las virtudes del perro es su capacidad de adaptación a entornos muy duros, pero «la falta de contacto le termina pasando factura».
Macho o hembra. La diferencia básica es que las hembras tienen dos periodos de celo al año &ndashque duran unas tres semanas&ndash, y pueden manchar la casa. «Con ponerles un pañal especial no hay problema. La mayor molestia es el acoso al que será sometida por los machos del barrio, pero con un poco de cuidado no pasa nada». Los machos, sin embargo pueden demostrar un carácter más territorial y ser más propensos a tener altercados. «Esto es debido a su agresividad intrasexual, que les lleva a pegarse con otros machos. Esto se acrecienta porque hay mucha densidad de machos en las ciudades, y se conocen por las marcas olfativas que dejan a través de las micciones. La primera reacción del dueño ante una muestra de agresividad suele ser aislarlo, y esto aumenta el problema, se convierte en un círculo vicioso. El problema de raíz suele venir a veces por la falta de contacto con otros perros cuando era cachorro. Yo recomiendo hembras, porque traen menos problemas. No quiere decir que sean mejores, es sólo una preferencia, ya que también desarrollan más miedos y ansiedades».
Condiciones higiénico-sanitarias. Las personas con un cuadro clínico asmático o alérgico deben consultar con su médico antes de adoptar un animal. «Las reacciones más comunes se producen contra la desescamación de la piel de los perros. No es algo habitual, e incluso existen productos para inhibir su efecto».
En cuanto a la limpieza, se recomienda bañarlos «una vez al mes. A las razas pequeñas se tiende a bañarlas más, pero a la larga suele repercutir en enfermedades de la piel, ya que los champús abrasan la protección de la piel. Un cepillado diario beneficia más que el baño para quitarles la suciedad».
Cachorro o adulto. «En principio es mejor tener un cachorrito para poder asegurar su óptima socialización. Entre las 4 y 12 semanas se da su periodo de socialización. A nivel de aprendizaje no tienen miedo a los estímulos nuevos. Es cuando hay que aprovechar para adaptarlo a un entorno nuevo: que la gente se acerque y juegue con él, oiga ruidos... y asociarlo con premios en forma de golosinas y halagos. En esta etapa existe un esfuerzo extra «para acostumbrarles a hacer sus necesidades fuera de casa. También son más activos y exploran de forma oral.
Debemos facilitarles juguetes adecuados para mordisquear, y no dejar objetos que puedan romper a su alcance». La ventaja fundamental de adoptar un perro adulto es que «ya se sabe su carácter, y aunque en menor medida que un cachorro, un perro adulto también puede aprender».
Compromiso. En la adopción hay un compromiso «en dos direcciones. Uno hacia el perro y otro hacia la sociedad. Hay espacios comunes compartidos donde desarrollar la conciencia cívica para no molestar ni a los conciudadanos ni a los vecinos. Hay que educar bien a la mascota para evitar problemas».
Compraventa. «Es totalmente desaconsejable comprar un perro por internet. Estamos hartos de ver cuadros lamentables por transportes de cachorros por mensajería. Pueden estar hasta quince horas metidos en un transportín junto a otras mercancías. Lo mejor es desplazarse a donde esté, ver las instalaciones y poder elegir al animal». La opción número uno para Marco «debe ser la adopción, pero si se decide comprar, es mejor dirigirse a profesionales en la cría de perros, donde sus cuidados mínimos están garantizados».
Aporte positivo. En los últimos treinta años apenas existía el perro de compañía como tal. Hoy en día es su función más buscada, «por todas las emociones que pueden transmitir a las personas. También existen perros de asistencia, de trabajo o incluso para ligar. Ya es habitual ver a grupos de personas que quedan para sacar a sus perros y pasear. En personas mayores consiguen potenciar sus relaciones sociales, además de mantenerles físicamente activos, y cada vez se ven más parejas jóvenes con mascotas y sin niños».
Adopción y compatibilidad. Raquel, integrante del equipo adoptivo de la Sociedad Protectora de Animales de Gipuzkoa, sita en el refugio de Zuhaitz-pe, marca una primera premisa clara. «No hay que regalar perros. Nos viene mucha gente a la que le han regalado un animal y que no puede atenderlo. La persona que lo regala lo hace de buena voluntad, pero el resultado no siempre es el deseado». El procedimiento a la hora de dar un perro en adopción no es un simple trámite. «Estudiamos los perfiles idóneos. Por ejemplo, para un perro grande y activo, el ideal podría ser una persona joven y deportista. Tratamos de equiparar sus vitalidades. Para una persona mayor, es mejor uno pequeño, pero que no sea cachorro o demasiado movido. Buscamos a los que se puedan adaptar a su ritmo de vida».
Raquel insiste en que la adopción no debe descartarse para familias que nunca hayan tenido una mascota. «En ese caso buscaríamos a perros dóciles y tranquilos para familias neófitas. Hay que recordar que el índice de perros difíciles o callejeros es muy bajo. Muchos de los perros que tenemos en el refugio provienen de camadas que no se han podido colocar».
«Mientras en muchas tiendas sólo se persigue vender, nosotros hacemos de filtro para lograr la mejor compatibilidad. Hacemos una selección previa tras un cuestionario, y solemos proponer tres o cuatro perros a elegir. Es muy importante el asesoramiento para evitar abandonos futuros».
Raquel también recalca la buena voluntad de «muchos dueños de perros veteranos, con tablas, que se acercan a por los más problemáticos o con menos oportunidades, para regalarles una vida mejor».
fUENTE: http://www.diariovasco.com/v/20100509/al-dia-sociedad/aita-quiero-perrito-20100509.html
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