Seis coloridos y tiernos zaguates de hierro se encuentran desde ayer en el bulevar de la avenida central, en San José, para rendir homenaje a los perros callejeros.
Poco después de las 9 a. m., decenas de curiosos transeúntes se aglomeraron al costado sur del Mercado Central para apreciar de cerca y tomarse fotos con las simpáticas caricaturas escultóricas realizadas por el conocido artista costarricense Francisco Munguía.
El Monumento al zaguate fue inaugurado ayer y es un proyecto conjunto de la Asociación Arca de Noé, la Municipalidad de San José y la revista Pets & Más para concienciar a los ciudadanos sobre el maltrato y abandono del que son objeto los perros de la calle.
Tributo al aire libre. Cada uno de los seis animalitos en hierro policromado (de colores) mide aproximadamente un metro de alto y todos están inspirados en las conmovedoras historias de zaguates reales que fueron víctimas de abandono y agresión en las calles.
“Es muy gratificante para mí como artista saber que mis obras serán un recordatorio permanente para el público de que los animales callejeros merecen cariño, en vez de ser envenenados, golpeados o atropellados”, dijo Munguía, quien ejecutó las seis obras en un mes.
Las esculturas están colocadas sobre una base de concreto y llevan los nombres de los zaguates reales que inspiraron su creación: Bobi, Ewok, Tábata, Shampu, Pauleta y Oso. Ellos son seis de los 23 perros que Munguía y su esposa Deborah Portilla rescataron de las calles para brindarles todos los cuidados necesarios en su propia casa.
La obra que lleva el nombre Bobi es un homenaje póstumo a un perrito que debió ser sometido a la eutanasia, pues ya no se podía hacer nada para salvarle la vida.
“Bobi fue encontrado en una campaña de castración en La Carpio y tenía su nariz mutilada y, por esa misma razón, nadie lo quiso adoptar . Mi esposa y yo lo llevamos a nuestra casa y estuvo ahí durante mucho tiempo, pero una infección complicó su estado de salud y tuvimos que inyectarlo para que muriera sin dolor”, dijo Munguía.
El artista se mostró complacido al observar las primeras reacciones del público frente a sus obras, debido a que los zaguates de hierro no pasaron inadvertidos para los transeúntes.
“Los perros callejeros son fieles, cariñosos y muy agradecidos. Yo tengo una en mi casa, se llama Tita y disfruto mucho de su compañía”, expresó Dora Escalante, vecina de Tres Ríos, quien se detuvo a admirar las esculturas.
Por supuesto que los homenajeados no podían faltar a la develación de su monumento: doña Isabel Arrieta y su esposo, Efraín Brenes, llegaron al bulevar acompañados de siete de los más de 100 zaguates que cuidan en su casa, en Jardines de Cascajal. “Gracias a la buena voluntad de mis vecinos y de mucha otra gente de buen corazón, podemos alimentar y curar a todos estos perritos porque son muchos. A nosotros nadie nos ayuda”, comentó Arrieta.
El costo total del Monumento al zaguate fue de $6.500, de los cuales $4.000 fueron financiados por la Municipalidad de San José, y los restantes $2.500 fueron un aporte de la Asociación Arca de Noé y la revista Pets y Más.
Esta escultura es un tributo póstumo a Bobi, un perrito callejero que debió ser sometido a la eutanasia para evitarle más sufrimiento. Alonso Tenorio
Decenas de transeúntes que caminaban en la mañana de ayer por el bulevar de la avenida central se detuvieron a ver a los seis perros de hierro que integran el Monumento al zaguate , obra de Francisco Munguía. Alonso Tenorio
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